Es la primera vez en la Universidad Del
Pedregal que detenemos las clases para sumarnos a un clamor social como
es el de Ayotzinapa, porque así de histórica es la ignominia que estamos
viviendo como nación, ¿cómo responder ante la afrenta que se vive en nuestro País?
¿cómo responder ante la atrocidad del crimen que se vivió en Iguala?
México está viviendo la más
grande vergüenza que hayamos experimentado en generaciones, una vergüenza
internacional, no sabemos si los Normalistas de Ayotiznapa aún están con vida,
el tema es grave y como universitarios no podemos ser indiferentes porque la indiferencia
nos hace cómplices, no debemos permitir que la apatía inunde nuestros corazones;
su generación está destinada a reconocer, analizar, comprender el problema y solidarizarse como personas
conscientes, como actores sociales y políticamente activos, quiero universitarios objetivamente
comprometidos con los cambios sociales, económicos y culturales de nuestra sociedad,
quiero universitarios interesados en los demás, Jóvenes solidarios en la construcción de un
México mejor.
Hoy han orado por estos hermanos con la
esperanza de que mañana estén de vuelta con nosotros y a implorar: ¡Ni un muerto
más, ni un estudiante más desaparecido! Porque los 43 estudiantes de Ayotzinapa
somos todos y hasta que aparezcan vamos
a estar tranquilos.
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