Para conocer más sobre el miércoles de ceniza, la Cuaresma, la Semana Santa y la Pascua, se necesitaría más de una cuartilla, pero lo que sí les puedo asegurar es que podremos tener una gran experiencia de crecimiento espiritual y humano al participar en cada uno de estos tiempos que la Iglesia Católica establece para el crecimiento en nuestra Fe.
Para que podamos comprender un poco más el Misterio de la Pasión,
Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo, la palabra central durante
este tiempo es el PERDÓN; el perdón es un camino que debemos emprender de manera muy
particular de la mano de Dios, es una invitación directa por parte del Padre a
cada uno de nosotros sus hijos pródigos.
Dios a través de su Palabra nos dice: “Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo
único” (Juan 3:16) nos entregó a su propio Hijo y con ello nos dio su perdón,
por eso Jesús decía: “Padre perdónalos
porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). Perdón es una palabra que para muchos de
nosotros encierra historias de dolor ya sea porque las hemos sufrido o porque hemos
hecho sufrir a nuestro prójimo, pero no solo es una propuesta religiosa es una
necesidad para nuestro mundo contemporáneo, necesitamos del perdón, tanto darlo
como recibirlo, esto implica una gran acto por parte de quien lo da y una gran
alegría por parte de quien lo recibe, tanto en su sentido religioso y
trascendental como en su sentido de salud
humana, ¿por qué? porque el peor castigo de no perdonar es mantener en nuestro
corazón sentimientos de odio y rencor que jamás nos permitirán vivir en paz,
aun después de la partida de esos seres que en su momento ofendimos o nos
ofendieron y que difícil resulta perdonar cuando somos conscientes de que
hemos sufrido una injusticia, que no la merecíamos, eso puede convertirse en
una barrera infranqueable, pero es precisamente el tiempo de la Cuaresma el
gimnasio para fortalecer nuestra capacidad de perdonar o conseguir el
perdón, como parte de este gimnasio espiritual nos puede ayudar si practicamos
las obras de misericordia durante este tiempo de cuaresma.
La herencia más
grande que Dios ha querido dejar a la humanidad ha sido su perdón, pero la
realidad es que no puede haber perdón sin amor y porque solamente quien ama de
verdad puede perdonar, pero estas palabras quedan como una bella historieta
carente de sentido si no es mediado por la Fe y es a través de ella que el
perdón se recibe y se puede brindar.
Para terminar con
esta breve reflexión sobre el perdón, les dejo este texto del Evangelio según
San Mateo que en términos humanos puede resultar absurdo e imposible pero desde
la óptica de la fe cobra un gran sentido de trascendencia humana (5, 43-48): “Han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y
odia a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los
persiguen. Así serán dignos de hijos de su Padre del cielo, que hace salir su
sol sobre justos e injustos, porque si aman a quienes los aman, ¿qué recompensa
merecen? ¿No hacen también eso los que recaudan los impuestos para Roma? Y si
saludan solo a sus hermanos ¿qué hacen de más? ¿No hacen lo mismo los paganos?
Ustedes sean perfectos como su Padre celestial es perfecto.”
Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la posición de la Universidad Del Pedregal.
Por: Mtro. Onofre Maciel Carbajal, Coordinador de Servicio Social.
serviciosocial@upedregal.edu.mx
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