viernes, 24 de febrero de 2017

De la Cuaresma a la Pascua un tiempo de perdón


Para conocer más sobre el miércoles de ceniza, la Cuaresma, la Semana Santa y la Pascua, se necesitaría más de una cuartilla, pero lo que sí les puedo asegurar es que podremos tener una gran experiencia de crecimiento espiritual y humano al participar en cada uno de estos tiempos que la Iglesia Católica establece para el crecimiento en nuestra Fe.

Para que podamos comprender un poco más el Misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo, la palabra central durante este tiempo es el PERDÓN; el perdón es un camino que debemos emprender de manera muy particular de la mano de Dios, es una invitación directa por parte del Padre a cada uno de nosotros sus hijos pródigos.  

Dios a través de su Palabra nos dice: “Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único” (Juan 3:16) nos entregó a su propio Hijo y con ello nos dio su perdón, por eso Jesús decía: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). Perdón es una palabra que para muchos de nosotros encierra historias de dolor ya sea porque las hemos sufrido o porque hemos hecho sufrir a nuestro prójimo, pero no solo es una propuesta religiosa es una necesidad para nuestro mundo contemporáneo, necesitamos del perdón, tanto darlo como recibirlo, esto implica una gran acto por parte de quien lo da y una gran alegría por parte de quien lo recibe, tanto en su sentido religioso y trascendental  como en su sentido de salud humana, ¿por qué? porque el peor castigo de no perdonar es mantener en nuestro corazón sentimientos de odio y rencor que jamás nos permitirán vivir en paz, aun después de la partida de esos seres que en su momento ofendimos o nos ofendieron y que difícil resulta perdonar cuando somos conscientes de que hemos sufrido una injusticia, que no la merecíamos, eso puede convertirse en una barrera infranqueable, pero es precisamente el tiempo de la Cuaresma el gimnasio para fortalecer nuestra capacidad de perdonar o conseguir el perdón, como parte de este gimnasio espiritual nos puede ayudar si practicamos las obras de misericordia durante este tiempo de cuaresma.

La herencia más grande que Dios ha querido dejar a la humanidad ha sido su perdón, pero la realidad es que no puede haber perdón sin amor y porque solamente quien ama de verdad puede perdonar, pero estas palabras quedan como una bella historieta carente de sentido si no es mediado por la Fe y es a través de ella que el perdón se recibe y se puede brindar.


Para terminar con esta breve reflexión sobre el perdón, les dejo este texto del Evangelio según San Mateo que en términos humanos puede resultar absurdo e imposible pero desde la óptica de la fe cobra un gran sentido de trascendencia humana (5, 43-48): “Han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen. Así serán dignos de hijos de su Padre del cielo, que hace salir su sol sobre justos e injustos, porque si aman a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen también eso los que recaudan los impuestos para Roma? Y si saludan solo a sus hermanos ¿qué hacen de más? ¿No hacen lo mismo los paganos? Ustedes sean perfectos como su Padre celestial es perfecto.” 


Por: Mtro. Onofre Maciel Carbajal, Coordinador de Servicio Social.
serviciosocial@upedregal.edu.mx


Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la posición de la Universidad Del Pedregal. 

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