martes, 7 de marzo de 2017

Intercambio académico: la experiencia que cambió mi vida

“Me hace falta algo, tanto personal como académico”, esa sensación fue la que me motivó a irme de intercambio académico.

Aunque sabía que dependía de algunas personas, quería experimentar la libertad. Tenía ganas de crear nuevas experiencias, conocer, probar y ver cosas diferentes a las que ya estoy acostumbrado; quería ver por mí si realmente es cierto lo que ves en internet, si de verdad ese edificio existe o si los lugares son como te los cuentan.

Mi proceso empezó hace un año e investigué todo lo relacionado a los intercambios. A mis amigos y a mí nos había motivado el hecho de que nadie de psicología se había ido de intercambio antes y queríamos ser los primeros. Cuando me informaron que era mi último semestre para irme, cumplí con todos los requisitos pues no quise desaprovechar la oportunidad.


Al viajar a España, hice escala en Londres, y estando ahí visitando tiendas aún no me daba cuenta que sí iba muy en serio, sino hasta que llegué a Madrid: ¡ya estaba de intercambio en España! En ese momento te das cuenta que estas solo en Europa y tienes que arreglártelas como puedas, lo cual es parte importante de una experiencia que solo vives si te vas de intercambio.


Llegué en verano a San Sebastián pero no sabía qué hacer pues no tenía piso (departamento) donde vivir. Además, por otro lado, ese año la ciudad era capital cultural europea y, por si fuera poco, en esas fechas se estaba llevado a cabo el Festival Internacional de Cine, así que ¡todo estaba ocupado!

En cuanto a la universidad, quedé encantado desde que la conocí; lo único que a mí me causo más conflicto fue que por lo menos en la facultad de psicología ¡cambian los horarios cada semana! Apenas te estas adaptando a uno cuando ya tienes otro nuevo, pero terminas acoplándote a esta dinámica.

A pesar de que extrañaba mucho a mi familia y a mis amigos, con quienes había convivido casi 4 años, jamás consideré regresarme.

Una de las cosas que volvería a hacer sin duda es caminar. Me encantaba regresarme caminando de la uní al piso y era tan bonito porque recorría 3 playas de San Sebastián, mientras que normalmente aquí voy con audífonos y allá no los usaba para nada. No tenía necesidad de usarlos porque ¿cuándo vas a volver a escuchar 3 playas de regreso de la universidad? Es una experiencia única que solo se vive una vez en la vida.

Vale mucho la pena irse de intercambio porque tu currículum va a hacerse notar, aparte cambian muchas cosas en ti, se te abren muchas puertas, aprendes cosas, vives nuevas experiencias, conoces nuevas personas y aprendes de sus culturas a través de ellos sin necesidad de irte al país de donde son.

Definitivamente tengo muchos pretextos para volver.

Entrevista a José Luna Díaz, estudiante de 8° semestre de la licenciatura en Psicología. Realizó su intercambio en la Universidad del País Vasco, en España, en el semestre de agosto-diciembre de 2016.



Por: Mayanín Vázquez Cochegrus con la colaboración de la Lic. Nithe-xa Muñoz Riveroll.

Soy Mayanín Vázquez Cochegrus, estudiante de Mercadotecnia Internacional y realizo mis prácticas profesionales en la Coordinación de Comunicación y Enlace.




Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la posición de la Universidad Del Pedregal. 



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